Es un gran día. Ya existe un compromiso en firme para que PRÍODE
vea la luz en unos meses.
Seamos sinceros desde un principio: el proyecto fue ofrecido
hace más de un año a un emporio mayúsculo, que inmediatamente mostró un interés
en mi obra… O eso suponía yo. Pero siete meses después, y no por iniciativa
propia sino porque yo les fui detrás para conocer las perspectivas, me enviaron
una respuesta estándar, informándome de que mi obra no aparecería en su sello, por
diversos motivos. Si analizas los mismos, descubres inmediatamente que ni
siquiera se lo habían leído, porque el proyecto fue diseñado específicamente para
cumplir con sus requisitos editoriales.
Una semana después de dicho jarro de agua fría, que, repito,
tardó siete meses en llegarme, comencé a enviarlo a las distintas editoriales
del panorama español, en cuya línea pudiera tener cabida. No es un libro de
autoayuda y supera los 170000 caracteres, por lo que la lista de editoriales no
es muy larga.
Algunas no tardaron ni horas en responderme, hablándome de
las bondades de mi obra, y de que estaban totalmente entregados a su
publicación… siempre y cuando yo cubriera todos los gastos derivados de la
edición. Hubo una de ellas, con nombre muy europeo y cuyo presentante
italiano guardaré siempre en mi memoria y archivo, que me solicitó un prepago
de 4500€ solo para que mi libro apareciera publicado en su sello… “¿Tan mal
escribo?”, me pregunté. La autoedición nunca fue una opción, lo reconozco,
pero hubo algunos casos que llamaban la atención por la desfachatez de sus
propuestas.
También hubo un par de editores que estaban dispuestos a
publicar PRÍODE del modo tradicional, pero que, muy respetuosamente, no pude
aceptar sus condiciones. La primera de ellas era dividir el manuscrito en dos
tomos, a publicar con casi un año de diferencia.
Lo intenté. Prometo que lo intenté. Pero fui incapaz de someter
a mi lector a una espera tan prolongada para el desenlace de la trama. Los que
han podido leer PRÍODE, me han confirmado que es un libro que engancha desde el
primer instante. Es una concatenación de sucesos que no toleran interrupciones.
Si yo le hubiera pedido a un lector que debía leer trescientas páginas, con la
promesa de que las próximas trescientas iban a ser mejores, hubiera perdido un
lector, porque tendría que confiar en una promesa no probada… reconozcámoslo:
yo no tengo la reputación de una Sáenz de Urturi, un Sierra, un Gómez-Jurado,
un Urresti o un Pérez Reverte. A pesar de mi bagaje en las letras
y mis libros escritos, debo probar mi valía en un campo tan comprometido como
la novela. Y eso no lo hubiera conseguido dejando a un lector irritado y
tremendamente decepcionado, por no poder continuar el anhelado episodio.
No dudo que la intención de dichas editoriales era buena,
pero no pude aceptar sus condiciones.
En octubre de 2024, recibí un sucinto e-mail de Óscar Fábrega, editor de GUANTE BLANCO, dos semanas después de hacerle llegar el manuscrito. En él me decía “Hola, joven. Ayer terminé de leer tu obra.Cuando quieras lo hablamos, pero me encantaría publicártela. Abrazoo”. En noviembre estuve en Almería y pude reunirme con él, con su esposa Raquel Berenguel, y con el autor y buen amigo por lustros, Jorge Barroso. En el transcurso de un almuerzo en un mesón de Gádor, volvió a repetirme que él quería publicar PRÍODE, y perfilamos la línea y condiciones de la edición. Recuerdo habernos estrechado la mano en señal de pacto entre caballeros.
Y, por fin, en diciembre, Óscar me hizo llegar el
contrato con unas condiciones óptimas y tradicionales que me convencieron inmediatamente,
a mí y a un par de sufridos compañeros que me han acompañado a lo largo de toda
esta aventura. Óscar Fábrega y Guante Blanco han confiado en mí y en PRÍODE. En
una apasionante aventura que tardó siete años en gestarse. En unos personajes
singulares y unas situaciones extraordinarias. En la tradición y en la leyenda.
En el romance, en la aventura, en el mito. En la originalidad de la obra y en
un desenlace absolutamente insospechado.
Así, con humildad, mi agradecimiento siempre a cuantos
mostraron interés en mi trabajo y los que tuvieron la cortesía de responder, al
menos por educación, a mi ofrecimiento. Pero sobre todo a Óscar Fabrega y a
EDITORIAL GUANTE BLANCO, por confiar…
PRÍODE está en marcha y en muy pocos meses estará en
tus manos.
Sé cauto, porque Cástor de Aguirre no se va a quedar aquí.
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