Príode ya está en preventa.
Siete años… se dice rápido. Siete años buscando y analizando
cada pequeño detalle que cito en el libro. Analizando cada pequeña duda.
Estudiando cada elemento histórico que quedara al margen de la ficción y que
pudiera refutarse con evidencias. Intentando demostrar que cada personaje
estaba allí en ese preciso instante, y que hizo tal o cual cosa… una tarea
obsesiva en ocasiones.
Por poner un ejemplo, Cástor y Amelia visitan la población de Downe, a una hora al sur de Londres. Allí inician sus pesquisas en una taberna llamada La Cabeza de la Reina, que les derivan hasta su camposanto, en la parte trasera de la iglesia de la localidad, La Virgen Santa María. No es ya cuestión de que la taberna o dicha iglesia y su pequeño cementerio estén allí -que también-, sino que en Príode se cita, casi anecdóticamente, el árbol que da sombra a los sepulcros… y quise ser fiel también a qué clase de árbol es. Me puse en contacto con el párroco solamente con la intención de conocer aquel minúsculo detalle… Tardó cuatro meses en hablarme del frondoso tejo milenario.
Príode es muy ambiciosa. Quiere ser sugestiva, quiere ser
innovadora, quiere ser original. Quiere gustarte. Quiere hacerte pensar. Quiere
hacerte sentir. No tendría motivo tardar tanto tiempo y ofrecer algo vulgar y
falto de aliciente.
Cinco años después de iniciar su redacción, aquellos que
sabían del proyecto me decían que iba siendo tiempo de cerrarlo. De encontrar
un final “como fuera”. Y fui incapaz. Te confieso que tuve que esperar a que
ese final me encontrara a mí, algún día te explicaré cómo.
Te pido que te dejes llevar por sus diálogos, por sus
situaciones, por sus personajes. Que estés preparado para descubrirte riendo en
el momento más inesperado, o enfadándote con Cástor por… ¡ser tan Cástor! Que
entiendas que vamos a vivir un buen montón de culturas y costumbres, tan
dispares y tan férreas que acatar su naturaleza es, en algunos casos, solo
sinónimo de humillación. Que te adentres con ellos en una aventura que, a poco
que lo permitas, estoy seguro que dejará una impronta imperecedera en tu razón
y un escalofrío en tu corazón.
Ahora, bienvenido a Príode…
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