Desde Sant Jordi he estado bastante ocupado, pero ayer pude hablar con Sandra, quien acabó recientemente de leer Príode.
Como ya viene siendo habitual --y no puedo expresar lo feliz que me hace--, su lectura le ha encantado. Algo de lo que ni yo estaba seguro porque, como me dijo desde un buen principio y a pesar de ser una devoradora de libros, a ella no le entra la novela histórica. Pero, bueno... ¡Prueba superada!
Pero lo que más me caló de esta conversación --y casi me tiro a darle un besazo en la frente-- fue...
- "Oye, hay una clave oculta en el epílogo del libro, ¿verdad?"
Ahora saldrán muchos que dirán "Uy, sí. Yo ya me había dado cuenta", pero lo cierto es que ella ha sido la primera que me lo ha dicho.
¿Te atreves a encontrarlo?
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